Y por fin entre muerte y ruinas se alzaba el ídolo de oro aguardando a aquel que tuviera el suficiente valor para encontrarlo. La capitana observó maravillada su dorado resplandor durante unos minutos y satisfecha sonrió ante su anhelado botín. El primero de los Danzantes había sido encontrado, según los textos dos más faltaban por hallar, era hora de volver al barco con la recompensa y volver a buscar en los polvorientos libros y pergaminos cómo y dónde encontrar los restantes. Ni la misma capitana sabía a que parajes ocultos y peligrosos podía llevarles a ella y a su tripulación pero era un riesgo que estaban dispuestos a correr.
El Sirena Escarlata partía hacia una nueva aventura.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario